Radio Techotiba

El Rock de la Kasa es un programa dedicado a reivindicar la escena rockera de nuestro país, por medio del apoyo incondicional a las bandas y a la constante promoción de su trabajo. Aquí podrás encontrar noticias, cultura y opinión referente a la movida rock colombiana, con mucha información sobre las bandas que hacen parte del underground nacional y de las que ya son un icono en nuestro país.

viernes, 21 de agosto de 2015

"¿Cómo educan a los niños en Japón?" Una mirada a Rock al Parque



Fuente: Página oficial del festival


Yo cursaba un estudio con enfoque técnico cuando tenía 17 años. Realmente de este trance académico no aprendí mucho. Estaba obligado a tomarlo y no veía realmente un futuro prometedor en torno a su contenido. Sin embargo en una ocasión, el profesor de dicha asignatura nos dijo a los entonces alumnos una frase, sujeta a discusión por su veracidad, pero abierta a una gama inmensa de reflexiones: "En Japón, a los niños desde muy pequeños les muestran el televisor más avanzado tecnológicamente, pero les dicen que eso es obsoleto y que ellos tienen la misión de superarlo".

Agradeciendo a ustedes por soportar la anécdota y sin saber qué tan exacto es el comentario del docente en su momento, catorce años después me atrevo a formular las siguientes preguntas: ¿Es Rock al Parque el "Smart TV" más "engallado" que existe, al menos en Colombia? ¿Somos los llamados "rockeros" de este país "niños japoneses" con una misión de crear escena e industria? pero en lugar de eso, ¿seguimos todavía maravillados ante los extranjeros, idolatrando a la banda de cierre que desfila cada año por el festival y esperando a que algo milagroso ocurra de la nada?



Rock para todos


Rock al Parque es hecho por y para todas las personas que le dan una forma y connotación: para el fanático más simple de definir, es decir, que solamente asiste y se integra con su ambiente por tres días, sin conocer nombres ni fechas (ojo, esto no es pecado ni sacrilegio), pasando por el personal de logística, los presentadores del canal de televisión (excelentes, buenos y mediocres), hasta para el músico, el ingeniero de sonido, el periodista o el individuo vinculado al Estado y la empresa privada que lo conoce, o asume que lo conoce de principio a fin. Cuando se abre por enésima vez el cuestionamiento sobre el festival, en el cual la lluvia ácida de críticas negativas es continua, los argumentos pobres y cada uno de sus involucrados se limita a defender su posición con actitud sorda y egoísta, ante otras manifestaciones de opinión distinta a la suya, ¿qué nos queda? lo más oportuno es seguramente, replantear el paisaje, "cambiar el chip".
El Rock and Roll siempre ha sido base para expresar en muchas formas todo aquello que nos afecta como hombres y mujeres: lo que nos oprime, nos angustia, nos hace sentir vivos, lo que nos mantiene con los pies en la tierra y lo que nos eleva a ambiciones realmente grandes; la manera como respiramos vida y el grito con el que divulgamos un sí o un no a lo establecido para romperlo, moldearlo a imagen y semejanza de la sátira o en lugar de eso, mejorarlo. El rock no es pasivo. El rock es pasión. Entonces, ¿Por qué la pasión en el rock del país es sinónimo de mediocridad e individualismo?



Fuente: Página oficial del festival


El círculo vicioso del rock nacional



Cada año sobre los escenarios de R.A.P, una cantidad de agrupaciones musicales interpretan parte de su repertorio en ellos, bien sea como ganadoras de la convocatoria o que sean acreedoras de invitación. Más allá de las bandas que clasifican, los parámetros utilizados para evaluarlas, los méritos para ser consideradas invitadas, la coherencia de las propuestas musicales internacionales respecto a su sonido (si son o no rock), los aciertos o equivocaciones de su organización, la impresión técnica en el desarrollo del evento y su cubrimiento mediático, parece que las alternativas en el rock local y su evento principal, se agotan en cantidad alarmante.

El festival en cada una de sus versiones genera percepciones diferentes. Por lo tanto existen múltiples "realidades" acerca de todos sus aspectos. Lamentablemente, esas apreciaciones desfavorables, protagonistas de las quejas que se repiten año tras año, siguen presentándose como un círculo vicioso. Seguimos amparados en Rock al Parque como el Olimpo del rock en Colombia, aun cuando no es estrictamente de rock. Es el acontecimiento "joya" para medios especializados y emergentes; indudablemente para canales de comunicación creados exclusivamente para esos tres días, e incluso medios que son ajenos al rock, pero que no obstante, están ahí; fotógrafos profesionales, personajes con una cámara con pretensiones de fotógrafos. Convenios y alianzas que a la práctica son casi invisibles. Musicalmente, el asunto es disparejo también: proyectos musicales con una serie prolongada de tendencias sonoras y trayectorias distintas. El orden y la importancia que en ocasiones se otorga a cada agrupación no corresponden necesariamente su recorrido, haciendo que la repartición de horarios no sea equitativa.


Fuente: Pulzo.com




Menos Rockstars, más realidad



Es preciso no solo ser inconforme ante lo que no nos gusta de Rock al Parque. Es necesario ser inquieto también con lo que se debe mejorar. Si usted quiere ver posicionado a su conjunto musical en "El Festival más grande de Latinoamérica" indique internamente qué está faltando para que esto suceda y la par, indague si el festival es un peldaño hacia algo mayor, o simplemente la meta. Por su parte, como medio pequeño, realice una labor introspectiva sobre su responsabilidad como mensajero de información, o si esta se limita a querer presenciar un concierto gratis. En su rol como representante de un medio renombrado, si su cargo le permite tener criterio, también es posible replantear el rigor de su tarea y a quienes usted representa. Para todos los vinculados en la organización y ejecución: las fórmulas del festival deberían ir más dirigidas respecto al público y menos a los intereses particulares o monetarios de ustedes. El rock puede ser polarizado por quienes lo viven, pero un festival cultural organizado en parte por el distrito, debería proyectar una imagen neutra, lejos de factores como la propaganda política. Señores empresarios que van tras el anhelado nacimiento de una industria auto sostenible colombiana y cimentada en el rock: sigan creyendo en lo suyo. Algo que los rockeros necesitamos en Colombia es que R.A.P sea una de muchas opciones, pero no un monopolio.

El festival sigue demostrando en más de 20 años por otra parte, que el rock en todas sus expresiones está tomando un sentido mucho más serio. Por eso, también es oportuno reconocer el trabajo de todos los que sacrifican bastante por hacer de sus proyectos artísticos, medios de difusión o empresas de entretenimiento, un punto aparte en el paisaje nacional. Hacer algo realmente viable dentro de la cultura y el entretenimiento implica dinero, recurso humano y dedicación. Quienes han hecho la tarea bien por el rock en nuestro territorio (bandas, medios y organizadores) la hacen TODO EL AÑO. Seguramente ellos tienen en la mente que el rock no se hace con brazos cruzados y al igual que los niños japoneses, nosotros podemos superar nuestro televisor de más alta gama, pero con los ojos más abiertos. 





Joel Cruz

Rock de la Kasa

Editorial

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